- Psicotepec

- 20 jul
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Dioses deportivos que prometen superar la castración mediante tecnología de calzado.

Publicidad como superyó.
Las marcas deportivas fabrican mandamientos más eficaces que cualquier religión tradicional. "Impossible is Nothing" no es slogan sino imperativo categórico que reescribe la condición humana: donde antes había límites estructurales, ahora debe haber rendimiento infinito. Adidas vende zapatillas pero entrega cosmogonías completas, universos simbólicos donde la imposibilidad misma se convierte en obsolescencia técnica superable con el producto correcto.
Esta operación revela el genio perverso del capitalismo tardío: convertir la falta constitutiva en deficiencia corregible mediante consumo. Lo que el psicoanálisis identifica como castración estructural—esa imposibilidad que nos constituye como sujetos deseantes—el marketing lo reformula como problema de equipamiento insuficiente. Nike promete "Just do it" donde la experiencia humana enseña "Just can't do it all". Las marcas ocupan el lugar vacío del Nombre-del-Padre, legislando sobre posibilidades y límites.
El resultado es una generación que vive bajo mandatos publicitarios más tiránicos que cualquier padre tradicional. Estos nuevos superyós no prohíben, sino que exigen: exigen rendimiento, exigen satisfacción, exigen la trascendencia de toda limitación. Paradójicamente, la promesa de libertad total produce esclavitudes más sofisticadas, donde fracasar en ser omnipotente se vivencia como un defecto personal, más que como una condición universal.


