top of page
  • Foto del escritor: Psicotepec
    Psicotepec
  • 5 nov
  • 1 Min. de lectura

La felicidad sin fricción es el cementerio del deseo. Necesitamos la brecha entre lo que somos y lo que anhelamos. Ahí late la vida.


ree

La brecha necesaria.


Vivimos persiguiendo el ajuste perfecto: que lo real coincida con lo deseado. Pero esa coincidencia, de lograrse, sería nuestra muerte psíquica. La tensión entre aspiración y realidad no es un defecto a corregir sino el oxígeno del pensamiento. Sin brecha no hay pregunta. Sin pregunta no hay sujeto.


El deseo funciona como el hambre que nunca se sacia definitivamente. Comemos y volvemos a tener hambre, pero el objeto del deseo es más escurridizo: cuando lo alcanzamos, descubrimos que queríamos otra cosa. Esta paradoja no señala fracaso sino estructura. Somos animales que transforman necesidad en deseo, instinto en pregunta. Esa transformación nos condena a la insatisfacción, pero también nos regala la capacidad de modificar lo dado.


La clínica contemporánea recibe sujetos anestesiados por haber eliminado toda fricción. Han optimizado la vida hasta volverla insípida. El síntoma ya no es el sufrimiento excesivo sino su ausencia: la vida sin tensión es muerte lenta.


Psicoterapia
1h
Reservar ahora

 
 
 
  • Foto del escritor: Psicotepec
    Psicotepec
  • 5 nov
  • 1 Min. de lectura

El neurótico no busca resolver sus obstáculos. Los colecciona. Cada "no puedo" esconde un "no quiero enfrentar lo que vendría después".


ree


La libertad que se sabotea. El neurótico construye su prisión con los barrotes del "casi". Se queja de cadenas que él mismo forja, señalando obstáculos externos mientras evita mirarse al espejo. Su lamento es su refugio: "quiero, pero no me dejan". Esa frase esconde una confesión más honesta: "quiero, pero me aterroriza".

Lo extraordinario es que justo cuando la puerta se abre, aparece el guardián perfecto. Una pareja imposible, un jefe tiránico, una enfermedad oportuna. No es casualidad ni mala suerte. Es una arquitectura inconsciente que preserva lo conocido. Porque la libertad exige algo más aterrador que las cadenas: responsabilidad sobre el propio deseo.

La experiencia analítica revela que el neurótico no busca liberarse de sus obstáculos, busca perfeccionarlos. Cada queja alimenta un goce secreto: el de permanecer inocente frente a su propia vida. Prefiere la certeza de la frustración al vértigo de elegir.


Psicoterapia
1h
Reservar ahora

 
 
 
  • Foto del escritor: Psicotepec
    Psicotepec
  • 5 nov
  • 1 Min. de lectura

La cura no te da respuestas. Te enseña a sostener tus preguntas sin derrumbarte buscando libretos ajenos que te salven.

ree

Del libreto al enigma. La paradoja es cruel: venimos al análisis pidiendo respuestas y sólo encontramos cura cuando dejamos de pedirlas. El analizante arriba exigiendo un manual de instrucciones para la vida, un GPS emocional, certezas que lo blinden contra la angustia. Pero la demanda de herramientas es justamente lo que perpetúa su síntoma: un guion ajeno que repite sin cuestionarse.

El giro decisivo ocurre cuando "¿qué hago?" muta en "¿por qué repito esto?". Ahí, la demanda de saber-hacer cede ante la pregunta por el goce. Ya no busca instrucciones sino que interroga su propia participación en aquello que lo hace sufrir. La repetición revelada como respuesta inconsciente a un deseo del Otro—padre, madre, pareja—que moldeó su ser como objeto ajeno.

La clínica contemporánea atestigua este pasaje doloroso: del reclamo de certezas al sostén de la incertidumbre. El análisis no promete acabar con la repetición, sino develar el goce singular que la anima. Entonces el síntoma puede volverse sinthome: marca irreductible de una verdad propia, anclada en el cuerpo, liberada del Otro.

Psicoterapia
1h
Reservar ahora

 
 
 

Let’s Work Together

Plaza Calimaya -18A

Av. Calimaya - San Andrés Km 2.5
52220 San Andrés Ocotlán
Calimaya, Méx.

+52 72 9111-4529

+52 72 2400-3484

  • Facebook
  • Twitter
  • LinkedIn
  • Instagram

Thanks for submitting!

bottom of page