La electricidad del ser
- Psicotepec

- 19 ene
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El inconsciente no es un depósito de contenidos reprimidos ni un espacio oscuro donde guardamos lo que no queremos ver. Es una fuerza activa que estructura nuestra experiencia, que opera constantemente en cada acto, en cada palabra, en cada sueño. Como la electricidad que recorre los circuitos de una casa, el inconsciente es invisible pero determina lo que puede encenderse, lo que puede funcionar, lo que puede manifestarse en nuestra vida psíquica.
Es esta fuerza invisible la que nos divide como sujetos: entre lo que creemos ser y lo que se manifiesta a pesar nuestro, entre lo que queremos decir y lo que se nos escapa en cada lapsus, entre nuestras intenciones conscientes y los efectos reales de nuestros actos. No es una falla a corregir sino nuestra condición más íntima: somos sujetos precisamente porque estamos divididos por esta corriente que nos atraviesa y nos excede.
El sujeto está dividido entre dominios conscientes e inconscientes creados por el significante, la ley, el lenguaje y la cultura.
Como la electricidad, el inconsciente no necesita ser "descubierto" para operar - ya está funcionando en cada momento, produciendo efectos, generando cortocircuitos, iluminando zonas inesperadas de nuestra experiencia. El análisis no busca "encontrar" el inconsciente, sino aprender a leer sus manifestaciones que ya están ahí, visibles para quien sabe mirar.




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