Del victimismo a la agencia.
- Psicotepec

- 27 sept
- 1 Min. de lectura
La víctima eterna le entrega su libertad a quien la lastimó. El psicoanálisis abre el camino para recuperar la autoría de la propia historia.

Del victimismo a la agencia. La víctima perpetua se alimenta de su propia desgracia como un adicto a su droga. Encuentra en el relato del daño una identidad sólida, un lugar reconocible en el mundo. La queja se vuelve hogar, el sufrimiento una profesión. Pero este refugio en la victimización es también una prisión: mantiene al sujeto encadenado a quienes lo lastimaron, otorgándoles un poder eterno sobre su destino.
Sin embargo, quien más ama su herida es quien más teme curarla. La agencia implica soltar la cómoda certeza del "me hicieron" para asumir la incómoda responsabilidad del "yo hago". Abandonar el guión heredado significa escribir uno propio, con toda la angustia que conlleva la libertad. El paso de víctima a agente no es liberación: es asumir la carga de la propia existencia.
La experiencia analítica revela que narrarse con palabras propias no borra el daño, pero sí destrona a quienes lo infligieron. El analizante descubre que puede hacer algo nuevo con lo que le fue hecho, transformando el peso muerto del pasado en material vivo para construir un futuro propio.




Comentarios