top of page

La virtud de la ignorancia

  • Foto del escritor: Admin
    Admin
  • 20 ene
  • 1 Min. de lectura


El verdadero acto analítico comienza con un olvido necesario: el analista debe hacer a un lado todo lo que cree saber sobre el sufrimiento humano, sobre las teorías del inconsciente, sobre las técnicas terapéuticas. No porque este conocimiento no sea valioso, sino porque el saber teórico puede convertirse fácilmente en una pantalla que impide escuchar la singularidad radical de cada analizante.


La clínica actual está saturada de expertos que tienen respuestas para todo, que diagnostican y prescriben antes de escuchar realmente. El psicoanálisis propone algo radicalmente distinto: un espacio donde el no-saber del analista permite que emerja el saber inconsciente del analizante. La diferencia entre analizar y adoctrinar reside precisamente en esta capacidad de suspender nuestras certezas.


Cada vez que un analista cree saber demasiado sobre lo que le pasa a su analizante, está más cerca del adoctrinamiento que del análisis. La verdadera escucha analítica requiere ese vaciamiento continuo de las propias certezas, esa disposición a ser sorprendido por lo que el otro trae, esa capacidad de mantener viva la pregunta por lo singular de cada caso.


 
 
 

Comments

Rated 0 out of 5 stars.
No ratings yet

Add a rating
bottom of page