El nuevo amo
- Admin
- 26 ene
- 1 Min. de lectura

El trabajo analítico nos confronta con una evidencia innegable: el mercado ha tomado el lugar del antiguo amo. Ya no obedecemos a reyes ni dictadores, sino a algoritmos que predicen nuestros deseos, a métricas que evalúan nuestra productividad, a índices que miden nuestro valor. El discurso capitalista opera como un amo invisible pero omnipresente, que no necesita látigo porque tiene publicidad.
Este nuevo amo es más eficiente que cualquier tirano histórico: no demanda sumisión explícita, sino que nos hace creer que elegimos libremente nuestra servidumbre. Cada acto de consumo es celebrado como una expresión de libertad individual, mientras nos ata más firmemente a la cadena del deseo programado. El mercado no prohíbe: seduce, promete, incita.
La verdadera perversión del discurso capitalista radica en su capacidad para convertir incluso la rebeldía en mercancía. Nuestras protestas se transforman en tendencias de mercado, nuestro malestar en oportunidades de negocio, nuestra búsqueda de alternativas en nuevos nichos de mercado. El amo moderno no teme la revolución: la empaqueta y la vende con descuento.
Comments