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La paradoja del saber: Cuando el deseo obstaculiza el conocimiento (1/5)

  • Foto del escritor: Admin
    Admin
  • 23 abr
  • 2 Min. de lectura

Nuestra hambre de conocimiento garantiza nuestra hambruna. Es la pregunta incómoda, no la búsqueda obediente, la que hace florecer el jardín del saber.

El deseo de saber funciona precisamente como obstáculo para el conocimiento. Quien busca apasionadamente la verdad raramente la encuentra, mientras quien la cuestiona incesantemente tropieza con ella sin buscarla. Esta economía perversa del conocimiento opera silenciosamente en nuestras instituciones educativas: estudiantes desesperados por aprobar exámenes memorizan sin comprender, mientras el cuestionamiento rebelde produce inadvertidamente descubrimientos genuinos. El verdadero amo, aquel que ocupa el lugar del poder, nunca aspira al conocimiento – simplemente quiere que el mecanismo funcione sin preguntarse cómo.


La paradoja central es que el saber surge precisamente donde no se lo convoca directamente. Como el insomnio que se intensifica con el deseo desesperado de dormir, el conocimiento se escabulle ante la persecución frontal mientras se entrega a quien lo cuestiona lateralmente. La histérica no busca saber – busca desestabilizar las certezas del amo, y en ese movimiento subversivo produce involuntariamente un excedente de conocimiento. La universidad captura este excedente, lo domestica y lo convierte en curriculum, ocultando su origen tumultuoso.


El analista comprende que su intervención no debe responder a la demanda explícita de conocimiento del analizante, sino provocar el cuestionamiento histérico que produce saber genuino. Cuando el paciente pregunta "¿qué significa mi síntoma?", no busca realmente una respuesta sino una confirmación de su fantasía. La maniobra analítica consiste precisamente en frustrar esta demanda de saber prefabricado, instaurando en su lugar un deseo de cuestionamiento que socave las identificaciones estables con el diagnóstico. Solo en este espacio de incertidumbre cultivada florece la verdad subjetiva que ninguna voluntad consciente podría producir.


Referencias


Lacan, J. (2008). El seminario de Jacques Lacan, libro XVII: El reverso del psicoanálisis. Paidós.



 
 
 

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