La falta que somos
- Admin
- 6 ene
- 1 Min. de lectura

Nos pasamos la vida construyendo una imagen de nosotros mismos que nunca coincide con lo que somos. Esta falta, este desajuste fundamental, no es un accidente ni un error que podamos corregir - es la condición misma de nuestra existencia. Lo inquietante no es que nos falte algo, sino que nos empeñamos en negar esta falta, en taparla con infinitas capas de autoengaño y justificaciones.
El espejismo de la completitud es quizás nuestro invento más elaborado y más desesperado. Construimos una imagen "sin fisuras" de nosotros mismos, nos aferramos a ella, la defendemos como si fuera nuestra última trinchera. Y sin embargo, esta imagen perfecta es precisamente lo que nos impide vivir. Es una armadura que nos protege y nos asfixia al mismo tiempo.
La clínica nos muestra, día tras día, que solo cuando empezamos a soltar esta ficción de completitud, cuando nos atrevemos a habitar nuestra falta, podemos empezar a vivir de verdad. La paradoja es esta: solo cuando dejamos de pretender ser completos, cuando aceptamos la falta como parte de lo que somos, podemos comenzar a ser algo más que nuestras propias defensas.
Comments