El virus interior.
- Psicotepec

- 25 oct
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Nos enfermamos de exceso de nosotros mismos. Sin enemigos externos, el alma se declara la guerra.

El virus interior.
Las nuevas epidemias no necesitan hospedadores externos: nacen en el laboratorio de la conciencia contemporánea. La depresión, el TDAH y los trastornos límite revelan una patología inédita: la imposibilidad de habitar la propia existencia. Nos enfermamos de nosotros mismos porque hemos perdido la capacidad de ser extraños a nuestra propia identidad. El virus más letal es la mismidad compulsiva.
El paradigma inmunológico clásico presumía amenazas externas contra las cuales blindarse. Pero estas patologías revelan una paradoja perversa: cuando no hay enemigo exterior, el sistema inmunológico se vuelve contra sí mismo. La hiperidentidad produce autoinmunidad psíquica: rechazamos compulsivamente todo lo ajeno hasta rechazarnos definitivamente. Sin alteridad que procesar, la subjetividad colapsa por indigestión narcisista.
La condición humana contemporánea es fundamentalmente alérgica: somos intolerantes a la diferencia que nos constituye. Vivimos en la época de las subjetividades obesamente narcisistas, incapaces de metabolizar lo otro. El sufrimiento actual no nace de la represión sino de la expresión ilimitada de un yo que no encuentra límites externos donde reconocerse.




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