El tirano interior.
- Psicotepec

- 20 jul
- 1 Min. de lectura
El esclavo moderno no necesita cadenas: se ata con metas propias. La libertad perfecta es la que no se reconoce como prisión.

El tirano interior.
La esclavitud perfecta es aquella que se disfraza de libertad. El trabajador contemporáneo no necesita capataz: se azota con metas propias, se encadena con horarios autoimpuestos, se castiga por no alcanzar estándares que él mismo diseñó. La obediencia externa mutó en obsesión interna. El amo desapareció del paisaje, pero su voz se instaló en la cabeza del esclavo.
Este fenómeno revela la paradoja fundamental del capitalismo tardío: mientras más libre se siente el sujeto, más eficaz es su sometimiento. El poder ya no necesita vigilar desde afuera; ha colonizado el interior del individuo. La disciplina foucaultiana se volvió autodisciplina, la coerción se transformó en autocoerción. El panóptico se miniaturizó hasta caber en la conciencia.
La clínica contemporánea recibe pacientes que no comprenden su malestar: "tengo todo para ser feliz, pero no lo soy". La depresión emerge como síntoma de una libertad que esclaviza, de una autonomía que oprime. El analista escucha el relato de vidas exitosas y almas devastadas, de triunfadores que han perdido la capacidad de desear más allá de rendir.




Comentarios