El espejo roto.
- Psicotepec

- 26 nov 2023
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Actualizado: 20 jul
Queremos ser únicos pero no solos. La diferencia nos define hasta que otros la usan para excluirnos.

El espejo roto.
Buscamos ser únicos pero no solitarios, especiales pero no extraños. Esta tensión fundamental define al sujeto contemporáneo: queremos diferenciarnos sin ser rechazados, destacar sin ser excluidos. Como funambulistas emocionales, caminamos por la cuerda floja entre la originalidad y la pertenencia, sabiendo que cualquier paso en falso puede costarnos el equilibrio.
La diferenciación saludable – ese "yo no soy como tú" necesario para la estructuración psíquica – se pervierte cuando incorpora jerarquías de valor. Paradójicamente, el mismo mecanismo que nos permite definirnos como sujetos singulares puede convertirse en instrumento de dominación. El límite protector se transforma en muro excluyente cuando la diferencia deja de ser descriptiva para volverse prescriptiva.
La clínica contemporánea revela cómo los marginados desarrollan una mirada bifurcada: se ven simultáneamente desde su propia perspectiva y desde el espejo deformante del prejuicio social. Esta doble conciencia genera un sufrimiento particular: no solo cargan con la exclusión externa, sino con la mirada internalizada que los juzga desde adentro.




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