La teoría no es identidad
- Admin
- 7 ene
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Existe una diferencia radical entre estudiar un cuerpo teórico y convertirlo en una insignia identitaria. Cuando alguien se apresura a declararse "lacaniano", "kleiniano" o cualquier otro "iano", está revelando más sobre su necesidad de pertenencia que sobre su compromiso con el pensamiento crítico. La teoría se transforma así en un refugio identitario, en una marca de distinción que protege contra la angustia de pensar por uno mismo.
El verdadero trabajo con la teoría requiere una posición radicalmente distinta: la de quien se acerca a un cuerpo de pensamiento para estudiarlo, cuestionarlo, ponerlo a prueba. No se trata de encontrar un amo al cual jurar lealtad, sino de confrontarse con ideas que nos ayuden a pensar mejor. La obra de un teórico es precisamente eso: una obra para trabajar, no un emblema para portar.
La declaración apresurada "soy un ___iano" funciona como una defensa contra la incertidumbre del pensamiento verdadero. Es más cómodo adherir a una identidad prestada que sostener la tensión de un pensamiento en construcción. El desafío real es mantener una relación viva con la teoría, donde el estudio no se cristalice en identificación y el pensamiento no se fosilice en doctrina.
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