La máscara de la adaptación
- Admin
- 29 dic 2024
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La clínica contemporánea nos enfrenta a un nuevo tipo de sufrimiento: el del sujeto atrapado no solo en actividades que le resultan ajenas, sino en una presión constante por transformarse en alguien que no es. La insatisfacción ya no se limita al hacer, sino que penetra hasta el núcleo mismo del ser. En este escenario, el malestar surge de la exigencia implícita de adoptar una personalidad prefabricada, diseñada para encajar en los estándares de "empleabilidad" y "adaptación social" que el mercado demanda.
Este imperativo de transformación personal exige una actuación continua: hay que mostrarse perpetuamente optimista, aunque por dentro nos consuma la desesperanza; debemos aparecer como "fáciles de llevar", aunque nuestro ser anhele la profundidad y la complejidad. La productividad se convierte en un rasgo de personalidad obligatorio, y la eficiencia en una virtud moral. El sujeto se encuentra así en la paradójica situación de tener que construir una falsificación convincente de sí mismo para poder "ser alguien" en el mundo.
El costo psíquico de este desdoblamiento es enorme. El verdadero ser, con sus deseos y anhelos genuinos, queda relegado a un espacio cada vez más reducido, mientras que la energía vital se consume en mantener esta fachada de adaptación perfecta. Los sueños y aspiraciones auténticas son sacrificados en el altar de la empleabilidad, y la singularidad personal se diluye en el molde homogeneizador de lo socialmente aceptable. El sufrimiento ya no proviene solo de lo que hacemos, sino de la violencia que implica tener que ser "otro" para sobrevivir.
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