La fábrica de créditos
- Admin
- 20 ene
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El sujeto contemporáneo sale de la universidad transformado en una cifra: tantos créditos acumulados, tanto valor de mercado adquirido, tanta deuda contraída. No es casual que utilicemos el mismo término -crédito- para las materias aprobadas y para la deuda financiera. La universidad ya no forma sujetos: produce portadores de créditos, unidades calculables de valor potencial en el mercado laboral.
Esta transformación del estudiante en crédito ambulante revela la verdadera función de la universidad actual: convertir el conocimiento en una mercancía cuantificable y al sujeto en su portador. No estudiamos para saber, sino para acumular créditos. No aprendemos para transformarnos, sino para volvernos más "crediticios", más financiables, más vendibles en el mercado de las competencias.
La paradoja es que estos créditos que supuestamente nos califican, en realidad nos descalifican como sujetos pensantes. Salimos de la universidad marcados, sí, pero no por el saber sino por una lógica mercantil que reduce todo conocimiento a su valor de cambio. La verdadera educación tendría que comenzar precisamente por cuestionar esta reducción del saber a créditos.
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