Hacer hogar del límite.
- Psicotepec

- hace 4 días
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Babel no fue castigo—fue consecuencia de no tolerar límites. Hacer hogar del límite es la única madurez posible.

Hacer hogar del límite.
La torre de Babel prometía cielo—y produjo dispersión. El mito advierte: la omnipotencia se paga con fragmentación. Quien construye hasta las nubes termina sin suelo. El anhelo de comprensión total, de lengua única, de fusión sin resto, colapsa en confusión multiplicada. Babel no es castigo arbitrario sino consecuencia estructural: quien no tolera límite pierde todo suelo.
Gogolin propone inversión terapéutica: hacer del límite un hogar en vez de obstáculo a superar. La comprensión parcial no es fracaso de la comprensión total—es la única comprensión posible entre humanos separados. El terapeuta que admite no entender completamente ofrece más que el que finge transparencia. La brecha entre personas no se cierra; se habita. Intentar eliminarla produce la soledad que prometía curar. Aceptarla genera intimidad genuina entre sujetos que reconocen su irreductible diferencia.
El trabajo clínico con migrantes enseña que ningún país será hogar completo—pero el hogar parcial basta. El analizante que acepta Babel deja de buscar paraíso pre-lingüístico que nunca existió.




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