El análisis como desencantamiento
- Admin
- 25 feb
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La experiencia analítica revela una paradoja fundamental: buscamos la verdad mientras descubrimos que la verdad misma usa disfraces. Como arqueólogos de la psique, excavamos capas de significantes solo para encontrar que cada máscara esconde otra más profunda: un juego infinito de ocultamientos que constituye nuestra propia subjetividad.
El sujeto contemporáneo habita esta tensión entre revelación y encubrimiento: habla para revelarse mientras simultáneamente se esconde en el lenguaje. Las palabras funcionan como puentes y murallas a la vez—iluminan significados mientras oscurecen el contenido mismo que pretenden expresar. Esta contradicción explica por qué el verdadero análisis requiere paciencia: cada capa removida expone no la verdad final, sino otro nivel de encubrimiento simbólico.
El análisis no es el descubrimiento triunfante del significado oculto, sino el humilde reconocimiento del desplazamiento interminable del sentido. El avance terapéutico ocurre no cuando encontramos el significante último, sino cuando reconocemos la productiva imposibilidad de tal descubrimiento.
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